Cuando dos almas se reencuentran tras haberse perdido la pista durante un largo periodo de tiempo se redimensiona la relación, se descubren nuevos matices que dormían a la espera de un remoto rescate.
El mundo de las emociones vuelve entonces queriendo recuperar de repente todo el tiempo perdido, queriendo realizar todo aquello que alguna vez anheló pero dotado de la ternura y el cariño que nos otorga la experiencia del paso del tiempo.
Para mí, estas son las cosas con las que la vida nos recompensa, las que, de alguna manera, justifican que estemos vivos, un empujón de motivación, un soplo de aire fresco a nuestras vidas que nos invita a soñar de nuevo...
Soñemos pues...
Adiós, tita Rocío.
Hace 13 años